Cómo el ozono contrarresta la legionella
La legionella es una bacteria relativamente reciente que se descubre y tipifica en la década de los 70. Aparece como contaminante en los conductos de aire acondicionado y produce enfermedades respiratorias con graves consecuencias en muchos casos conocidos.
Como siempre que el mundo científico se enfrenta con algo nuevo, lo relaciona con algo conocido hasta que es posible identificarlo y catalogarlo. En el caso de la legionella, en un primer momento, se relacionó con los procesos neumónicos. De hecho, se dijo que era una “neumonía atípica”, ya que el cuadro clínico que presentan los enfermos de legionella es absolutamente similar a los de neumonía.
Por su evolución y su entorno de reproducción es similar a la Pseudomona Aureginosa y al Staphilococcus Aureus, aunque estos últimos siendo altamente contagiosos y productores de enfermedades son menos peligrosos pero mucho más comunes.
Los pocos estudios que existen sobre la legionella siempre están realizados y basados en su presencia en el aire, ya que es en el aire cuando adquiere su peligrosidad para el ser humano. Además está demostrado que se ha presentado siempre en edificios con instalaciones de aire acondicionado en conductos de fibra de vidrio.
Si está en el agua, las posibilidades de que pase al aire en una instalación cerrada son muchas y por ello, si se ozoniza también el agua de torres de refrigeración, calderas, etc., evitaremos problemas más graves.
Después de muchos años realizándose la desinfección de aire y agua por sistemas de ozonización, se ha constatado el uso del ozono como inhibidor de la legionella, el solo hecho de inyectar ozono en los conductos de aire acondicionado reduce notablemente la aparición de legionella, staphilococcus o pseudomonas.