Condiciones ambientales y sanitarias de los geriátricos
En estos centros es muy común la existencia de un ambiente enrarecido, creado fundamentalmente por el olor corporal, muy intenso en personas mayores, debido en buena parte a la medicación que se les suministran. A esto se suma la elevada temperatura que se mantiene en el interior de estas residencias, lo que estimula en mayor medida la sudoración de los ancianos.
Por otro lado, los centros de la tercera edad son bastante herméticos en general. En muchos casos la ventilación exterior y la aireación natural es escasa para evitar corrientes de aire que pudieran complicar la delicada salud de los ancianos
Otro factor que contribuye al enrarecimiento del aire en los geriátricos son los olores procedentes de las cocinas, que pueden llegar a invadir otras estancias del centro.
Todo esto fomenta una sensación de aire impuro, y poco saludable que conlleva una situación ambiental poco agradable tanto para los ingresados como para el personal que los asiste.
Por otra parte, la disminución sobre el control de esfínteres y las dificultades de movimientos que se da en las personas de edad avanzada, provoca que en muchas ocasiones las evacuaciones no estén controladas y que dejen restos que provocan fuertes emanaciones. Todo ello hace necesario el disponer de agentes desinfectantes y desodorizantes potentes para la higienización de baños, sanitarios y habitaciones.
Finalmente, en los centros para ancianos es preciso mantener aislados a los residentes de agentes contaminantes que puedan ser transportados a través de los conductos de aire acondicionado o climatización. El polvo, la fibra de vidrio o cualquier tipo de microorganismo patógeno pueden originar o difundir procesos alérgicos o infecciosos.
Beneficios de la ozonización en los geriátricos
Con la aplicación de ozono en las residencias de ancianos se pueden en gran medida evitar los problemas anteriormente descritos apoyándose en sus dos características fundamentales: el poder desodorante y el desinfectante.
El poder desodorante del ozono, radica en su gran capacidad para degradar una amplia gama de moléculas, que por su volatilidad impregnan el aire interior. Así, el ozono puede neutralizar el olor corporal, cuyo origen está en los derivados nitrogenados del sudor. Además es muy recomendable para eliminar los residuos nitrogenados componentes clásicos del orina, reduciéndolos a partículas carentes de olor.
Asimismo, el ozono resulta también muy recomendable en la desinfección de los colchones o almohadas de las residencias de ancianos.
Por otra parte, el ozono reduce considerablemente las emisiones procedentes de las cocinas de los geriátricos que contribuyen tan frecuentemente a enrarecer el ambiente de los mismos. Así, el ozono crea una barrera áltamente eficaz que evita la propagación de los olores fuera de la cocina.
El ozono aplicado a los conductos de recirculación del aire de los climatizadores instalados en los centros geriátricos evita la transmisión de enfermedades infecciosas, al purificar y depurar el aire de recirculación de los contaminantes del aire interior.
Otro objetivo del empleo del ozono en este tipo de centros geriátricos es evitar situaciones de estrés para los ancianos. En las personas de edad avanzada, al tener el organismo deteriorado, es posible que se dé una activación anormal de unas moléculas (catecolaminas) que pueden significar una amenaza para su salud. El ozono en la medida que ejerce una acción desodorante y por tanto purificadora, contribuye a un ambiente relajante.
Existen múltiples casos de centros de ancianos que han incorporado el ozono como agente desinfectante y desodorizante y en todos ellos el grado de satisfacción tanto de residentes como del personal que les presta asistencia es muy alto.